Creada a principios del siglo XVII es uno de los rincones más bellos de Alcalá. Nació tras el derribo de la almanxara, el barrio de los carpinteros de la antigua morería, por mandato del Cardenal Bernardo Sandoval y Rojas con el objetivo de crear un espacio arquitectónico que sirviera de marco al Convento de las Bernardas que había ordenado construir.
Queda esta coqueta plaza enmarcada con tres soberbios edificios: a la izquierda veremos el ala oriental del Palacio Arzobispal, en la que sobresale el Torreón de Tenorio (s. XIV); de frente, la fachada barroca de la Iglesia de las Bernardas (s. XVII); a la derecha, el antiguo convento de la Madre de Dios de los Dominicos, hoy Museo Arqueológico Regional (s. XVI).
También es destacable la cantidad de nidos de cigüeñas que se pueden observar desde la plaza, incluidos cuatro sobre árboles.